Mudanza
Como decía esa frase que me gustaba tener en la columna lateral, los extranjeros no tienen dios, por eso van siempre de un lado para otro, especialmente cuando se sienten un poco fuera de lugar y los que me conocen ya saben a lo que me refiero. En cualquier caso, hay una cuestión que no tiene solución. Estaba a punto de hacer mi serie de ejercicios con el sable de luz, cosa nada fácil por la práctica, concentración y fidelidad a unos principios que exige la tarea, cuando me he dado cuenta de que ya no era azul. Era rojo. Debes pensar que estoy delirando como es habitual, pero no, el color es importante, porque representa que algo ha cambiado. ¿Cómo podría seguir existiendo garib con un sable rojo? ¡Válgame dios y la madre del amor hermoso! El rojo no es el color habitual de los Jedi, es el color del lado oscuro...
Y por eso, es tiempo de mudanza y cambio de blog. Sinceramente, gracias por la lectura, comentarios y exagerada lluvia fina de halagos (¡pelotas!) que he podido ir recopilando durante los meses en los que decidí dejar que la gente descubriera este lugar. Va a ser un nuevo comienzo de pacotilla, una evolución seguramente más simbólica que otra cosa, ya que los posts antíguos (por cuestiones técnicas) y mis obsesiones y escritura (por imperativo genético) se vienen conmigo. Y ya estoy muy mayor yo para cambiar mi prosa disparatada o mis manías. Gracias especiales para aquellos lectores que no comentaban pero visitaban este lugar regularmente, no hay nada más auténtico que los lectores fieles anónimos.
Y ahora que tengo nueva personalidad, tengo que hacer algo con la antigua. Ven aquí, garib, majete, que te voy a enseñar cómo usar un sable de luz de verdad, pon la cabecita...